Muchas veces ocurre que por la necesidad de pagar cuentas y demandas de nuestros hijos nos vemos en la dificil situacion de volver a trabajar o no dejar de trabajar. Conversando con una amiga me mostro esta lectura tan linda que me hizo no sentirme tan culpable por no darles mi tiempo como antes. Me prometi que el dia que tenga hijos me dedicaria por completo a ellos y fue asi hasta que tuve la necesidad de tener que trabajar fuera de casa. Al principio fue muy muy dificil queria renunciar a la semana por que no soportaba estar tanto tiempo alejada de mis hijos, a medida que pasaba el tiempo deje de llorar y lamentar el tiempo que no pasaba con ellos. Ahora les compartire la lectura que me hizo sentir un poco mejor (aun sigo sintiendome culpable) pero sé que debo seguir asi por lo menos un par de años más.
Querida Mamá que trabaja:
Sé que a veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos en manos
de otros, para trabajar. Algunos incluso insinúan que no amas a tus
hijos tanto como las mamás de tiempo completo, y que es mucho mejor para
los niños estar en casa con sus madres.
¿Cómo pueden decir esto sobre ti? Yo sé que amas a tus hijos tanto
como cualquier otra mamá. Sé que la decisión de regresar a trabajar no
fue fácil. Consideraste los pros y contras, mucho antes de siquiera
concebir al bebé. Ha sido una de las decisiones más importantes de tu
vida.
Te veo en todos lados. Eres la doctora a la que llevo a mi hijo
cuando se enferma. La especialista en alergias, la que le diagnosticó a
mi hija la reacción alérgica al cacahuate. Eres la psicoterapeuta que
trató la espalda de mi esposo. La contadora que hace nuestros impuestos.
La maestra de primaria de mis hijos. La directora de nuestro centro de
cuidado. La maestra de gimnasia de mi hija. El agente de vienes raíces
que nos vendió la casa. ¿Qué clase de mundo sería si no pudieras estar
ahí para nosotras? Si hubieras sucumbido a la presión de los que te
insistieron que el lugar de una madre es en la casa.
Sé que consideras a tu familia en cada trabajo que tomas. Sé que te
paras una hora antes que nadie, para poder hacer ejercicio y tener un
tiempo para ti. Sé que vas a juntas después de haber estado toda la
noche despierta por tu bebé. Sé que cuando regresas a la casa en la
noche, empieza tu segundo “trabajo”. Los que están en contra no
entienden que atiendes una casa y mantienes un trabajo. Llegas a la
casa, cocinas la cena, bañas a los niños y les lees historias. Los tapas
y les das el beso de buenas noches. Pagas las cuentas, haces la compra
del súper, lavas la ropa, los platos, tal como cualquier otra mamá.
Sé que seguido te sientes culpable sobre pasar tiempo lejos de tus
hijos, así que sacrificas tu propio tiempo. Sé que no puedes tomarte “un
día libre” para ti, cuando tus hijos están en la guardería o la
escuela. Sé que aceptas que el trabajo es tu “tiempo libre”, por ahora.
Sé que cuando estás en el trabajo no malgastas ni un solo minuto. Sé que
comes en tu escritorio, no sales por café, y eres completamente
dedicada y concentrada en tu trabajo. Al final, tú decides estar ahí.
Quieres estar ahí.
Sé lo exigente que eres sobre la gente que cuida a tus hijos, y que
esas guarderías ofrecen excelente cuidado. Sé que sólo dejas a tus hijos
en un lugar en el que estás segura que son cuidados y amados. Sé que
pasas muchos días cuidando a tus hijos cuando están enfermos, y
sacrificas parte de tu quincena. Sé que secretamente te encantan esos
días, y disfrutas estar con tus hijos.
Sé que a veces te sientes culpable de no estar ahí todo el tiempo.
Pero, madre que trabaja… estás poniendo un ejemplo maravilloso a tus
hijos. Les estás demostrando que una mujer puede tener una carrera y
contribuir de cierta manera fuera de la casa, y aun así ser una madre
amorosos. Les estás enseñando a tus hijas que pueden hacer lo que sea
que se propongan en la vida. Estás mostrando fortaleza, dedicación,
tenacidad, y lo haces con mucho gusto y amor.
Sólo quería que supieras que te entiendo. Porque las dos somos madres.
Mamá que no trabaja
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